Quienes han conocido Parque Mawünko durante este 2021, quizás se sintieron atraídos por las actividades recreativas que ofrece, interés que probablemente responde a la necesidad de reconectarse con la naturaleza en tiempos de pandemia. Uno de los comentarios que más hemos recibido ha sido el que no imaginaban poder encontrar un lugar así en Ancud, con saltos de agua y vistas panorámicas que permiten apreciar la comuna desde otra perspectiva. Sin embargo, este proyecto guarda una historia de arduo trabajo previo, en donde la planificación, el orden y la definición de objetivos claros ha sido clave para sustentar una idea que de a poco se transforma en acción: Parque Mawünko como propuesta de uso de la tierra.
El predio en el que actualmente existe Parque Mawünko se ubica en el sector rural de Lajas Blancas, en la comuna de Ancud, y tiene 128 hectáreas en donde gran parte corresponde a praderas ganaderas tan antiguas como el proceso de colonización en la Isla, parte de las actividades campesinas frecuentes de observar en Ancud y Chiloé. Desde el año 2014, con el propietario actual, este uso sigue vigente como actividad productiva base del predio.
Sin embargo, en el año 2017 se comienza a forjar un cambio en la visión sobre el uso y rol de este pedacito de campo. Junto al equipo de la organización local Patagonia Rural, se realizó un estudio para evaluar el potencial turístico del predio a raíz de los atractivos naturales observados por su propietario: 6 saltos de agua en medio de un bosque de quebrada, al cual se accedía por una huella rudimentaria y agreste. Sin embargo, la visión de este equipo es que no es posible sostener una propuesta turística si no va de la mano de la conservación de la naturaleza, por lo que el primer paso fue estudiar sus componentes ambientales para realizar una zonificación predial. Ésta caracterización ambiental evidenció el gran número de vertientes y cursos de agua que emergen y escurren de sur a norte, junto a remanentes de bosque maduro que se mantiene en las zonas bajas. Pero también se observó una alta degradación del bosque y el suelo por la actividad maderera que existió antaño y por la ganadería que existe hoy.
Crisis hídrica y usos productivos
El agua para los ecosistemas y la vida humana del Archipiélago de Chiloé proviene del agua de lluvia, que cae cada vez más concentrada en el invierno. Para garantizar la disponibilidad de agua durante todo el año, el agua de lluvia necesita de ecosistemas «esponja» que la absorban y guarden subterráneamente, evitando así que las vertientes del verano se sequen y ayudando a mantener su caudal.
Estos ecosistemas abastecedores de agua son los bosques y humedales, que hoy se ven cada vez más amenazados. Por ello, una de las conclusiones más importantes del estudio realizado se relaciona con la ubicación del predio, en un sitio clave para el abastecimiento de agua de la comuna de Ancud, técnicamente conocida como “Cuenca hidrográfica” de Lajas Blancas, encontrando dentro del predio zonas altas de captación de agua, zonas de afloramiento de vertientes y el valle de desagüe. Cursos de agua que si bien se mantienen presentes durante todo el año, cada verano bajan su caudal hasta un 20% de lo observado en invierno. Sin duda, toda actividad que aquí se desarrolle debe existir en absoluto respeto, armonía y conciencia de esta condición tan importante y clave para los tiempos actuales, por lo que el alto valor ambiental sumado a las amenazas presentes en el lugar justifica acciones en tres ejes: Conservación, recreación y educación.
Caudal en Octubre de 2020
Caudal en Febrero de 2021
El trabajo de caracterización ambiental duró varios meses, teniendo como resultado el listado de flora presente, tipo de vegetación, hidrología, suelo, fauna presente y puntos de interés turístico. Todo usado como insumo esencial para la definición de zonas de conservación y restauración, y las zonas ganadería, recreación y educación. El objetivo de este trabajo fue proponer un diálogo armoniosos entre las actividades productivas y el cuidado y recuperación de la naturaleza. Por ello, mientras una gran proporción del predio se mantiene como pastizales para la ganadería, más del 50% fue definido como área de restauración y conservación, en las cuales avanzamos de a poco en la concreción de actividades en pro de este objetivo. Por ejemplo, ya hay 24 hectáreas de bosque renoval cercados para proteger la plantación de 2800 árboles nativos, excluyendo al ganado de pisotear y ramonear la regeneración natural del bosque, sin acercarse a algunos cursos de agua, aunque aún nos queda mucho por trabajar en concretar esta ordenación respecto a las praderas y animales.
Generación de la propuesta recreativa y educativa
Parque Mawünko es una iniciativa de ecoturismo que ofrece reconectar a los visitantes con la naturaleza a través del elemento agua: vertientes, arroyos y cinco cascadas en medio del bosque nativo. El termino Mawünko, que significa “agua de lluvia”, responde a que el predio tiene la singularidad de ser la naciente de una serie de vertientes, arroyos, ríos y quebradas y que ocupa en términos hidro-geormorfológicos la cabecera de dos cuencas hidrográficas de la comuna de Ancud, la del río Pudeyi que desagua hacia el Océano Pacífico y la del río Mechaico que desagua hacia el estuario del Pudeto que abastece de agua potable a la ciudad de Ancud. Por lo tanto el predio posee las nacientes o cabeceras de cuencas de dos ríos importantes del sector nor-occidental de la isla grande de Chiloé. Es el lugar donde nace el agua que recorre la zona norte de Chiloé. El espíritu del lugar está dado por el agua de lluvia que inicia su recorrido (o ciclo hidrológico) en este parque y se presenta a través de tepuales, vertientes, cascadas y arroyos, los cuales se buscan proteger dada la crisis global del agua que también tiene su expresión en el territorio insular. Por ello, Parque Mawünko se configura como una iniciativa que a través del turismo, la educación y la conservación releva la importancia del agua y su cuidado.
Parque Mawünko no es un predio prístino, y mantiene vestigios y usos que son la representación de lo que es tradicionalmente el campo en Chiloé, pero se encuentra en una transición de trabajo y aprendizaje, con la velocidad que lo humano y logístico nos permite. Anhelamos poder concretar esta propuesta de uso de la tierra, de diálogo entre actividades humanas y la vida silvestre, propiciando siempre la integración del ser humano y no su exclusión. El agua es el elemento que dirige nuestras acciones. Sabemos que nos queda mucho por concretar y mejorar, pero esperamos que en sus visitas puedan visualizar esta propuesta para que aprendamos juntos nuevas formas de habitar la Tierra.